2 de febrero de 2014 en Navas de Tolosa - Jaén
Para empezar os quiero hacer un pequeño resumen de la experiencia
vivida por los Andarines en la I Media Maratón-Trail Navas de Tolosa y la mía en particular.
A primera hora de la mañana nos fuimos un equipo formado por 10 Andarines
más las familias acompañantes a Navas de Tolosa. A la llegada a esta pequeño pueblo, nos encontramos con una carrera un poco desorganizada, ni servicios, ni duchas, ni siquiera las caferías del
pueblo tenían conocimiento del evento del día y damos gracias a la solidaridad de uno de los hosteleros que nos abrió su bar para hacer uso de sus aseos, ( ya que sabéis los nervios previos a la
carrera nos hace ir unas cuantas visititas a estos entrañables lugares).
El día se presentaba esplendido, un poco de frio matinal como de
costumbre pero se preveía un día de sol con buena temperatura.
Los nervios previos a la carrera son inevitables y los preparativos previos
a la carreras tienen su miga, yo afortunadamente tengo a mi lado a otro Andarín que me ayuda a preparar el equipo necesario para afrontar una carrera de ese tipo, porque aunque no os lo he dicho eran mis primeros 21
km y encima de trail, “pa mas inri”, hasta el día de la carrera mi pensamiento siempre estuvo en ¡que loca estaba cuando me apunte a este gran salto!, pero lo tenía que hacer, sí o sí.
Como novata mi acompañante, el pobre cargo con mochila de hidratación,
geles, calcetines de repuesto, e incluso bocadillo, por si desfallecía en el recorrido, vamos que me falto cargarle al pobre con el botiquín por si acaso, así que podéis imaginar el peso que llevaba
mi liebre.
Los primeros diez km transcurrieron con tranquilidad bajando del pueblo
por senderos de olivos con bastante barrizal debido a las intensas lluvias de los días previos y en los cuales empezamos a tener alguna que otra subidilla ( y eso que en el perfil de la carrera ponía los primeros
diez km de bajada, madre mía).
Estos primeros diez km la verdad fueron durillos ya que estamos acostumbrados
a correr prácticamente en llano y con pequeñas cuestecillas aquí es todo tierra y barrizal con grandes cuestas. Pero el paisaje impresionante, cubierto de monte. Tras un gran bajón moral pasados
los primeros diez km en el que le dije a mi acompañante “ sigue tú que yo no voy a ser capaz”, sus palabras de aliento me sacaron para adelante, “sí que puedes”; y que verdad llevaba. Monte arriba monte abajo, arroyos con un agua más que fría,
que lo difícil era ver el sitio por donde cruzar para calarse lo menos posible… pero, vamos que al final cruzados un par de ellos, ya daba igual, porque a pesar de que los pies los llevas mojados, el calor de ellos
es tal, que solo se nota el chapoteo de los calcetines mojados cuando sales del agua, y la verdad es que hasta se agradece.
La ruta estaba muy mal señalizada: veías una baliza y decías
“para acá”; pero corrías otro rato y decías y “ahora para donde tiramos… pues para allá mismo a ver si encontramos la siguiente”. Todo esto de vez en cuando perseguido por el personal de la carrera (un muchacho subido en una moto, que era el único vehículo que podía entrar por
aquellos parajes y que nos vigilaba por si nos perdíamos ya que muchos se perdieron en la carrera e hicieron muchos más kilómetros como le ocurrió a otro de nuestros andarín “Pablo” que
se hizo 32 km.
También indicaros que en el recorrido había
gran cantidad de vacas sueltas, con su prominentes cornamentas, que se nos cruzaban en el recorrido o nos venían de frente corriendo y pensabas “madrecita, madrecita que más de lo que voy corriendo no lo puedo hacer” . Que seguro que más de uno en el trayecto, porque parecían “inmensas rocas”, se llevó algún recuerdo de ellas en la suela de las zapatillas.
Así que deciros, que los kilómetros restantes
fueron preciosos de correr, por el entorno, que era un paraje, con alguna paradita para espabilar mis doloridos pies y cambiarme de calcetines (no se para que, porque luego tenías que volver a mojarte) pero te dabas
un respiro para oxigenar y admirar tan bello paisaje y decir “ venga que ya me queda menos” .
Cuando ya divisábamos el pueblo allí a
lo alto, tras subir una montaña muuuuuuuy alta, el agotamiento era total. Se veía lejos, pero había que conseguirlo, ya la meta por lo menos la teníamos localizada visualmente, “ si os confieso
del km 13 hasta el final es como si tuviera pocos recuerdos el único y más presente fue agacharme a atarme los cordones y caérseme las piernas, era tal la debilidad que tenía en ellas que se me
derrumbaron y me sujeto mi liebre, creo que mi amnesia de esos últimos km es porque llevaba toda la sangre en las piernas “.
Mi mejor sensación fue la subida al pueblo
cuando de lejos empezamos a ver a nuestros Andarines, Andarinas y la familia, que estaban empezando para animarnos. Ahí ya mi emoción no se pudo reprimir y me eché a llorar del esfuerzo, y la gran satisfacción
que sentí, fue tan inmensa que os animo a todos/as los que no lo habéis experimentado a hacerlo, a experimentar que aunque esto de correr es un sufrimiento y un sobreesfuerzo, y dices que estamos locos, el inmenso gozo que sientes cuando lo tienes completado, borra todo
el dolor que puedas haber padecido y te anima a volver a repetirlo.
Agradecer a todos los Andarines y Andarinas que me han apoyado y animado
a estar en esta carrera y a mi liebre que sin ella no lo habría conseguido.
Aquí os dejo la dirección de los tiempos y fotos de carrera
http://navasdetolosa.wordpress.com/
http://cronoracer.wordpress.com/2014/02/03/clasificaciones-de-la-media-maraton-trail-de-navas-de-tolosa/
http://cronoracer.wordpress.com/2014/02/03/clasificaciones-de-la-media-maraton-trail-de-navas-de-tolosa/
Los Andarines que corrimos: Carlos, Ilde, Manu, Robles, Julián, Pablo,
Ivonne, Nico, Zamora y la que os narra Cristina.
Un saludo de Cristina .
Me ha emocionado tu crónica y tu capacidad de superación. ¡Sigue así campeona y no te rindas nunca¡ Enhorabuena a los dos y a todos los que participásteis en semejante aventura.
ResponderEliminar